Todo es igual,
y todo ya es distinto,
como espinas que se clavan,
el beso,que espero desde el Olimpo.
El sonoro silencio de la noche,
entre el fino relámpago,
hasta el aire que me amarga,
sin penas,ni amores.
La voz quedada de los búhos,
que deslumbra la luna llena,
deseando los besos tuyos,
se alejan para siempre,las estrellas.
El sol se escondió,allá en el horizonte,
fué una noche larga de amor,
jamás llegaremos a un entendimiento,
tras la salida desde el corazón.
De cuanto yo recuerdo,nada es igual,
necesito al hombre presente,
el agudo cristal del mar,
tan brillante,como un diamante.
Dame tu mano,necesito acariciarla,
la noto cerrarda,y yo te la daba,
sin pena,ni gloria,
y se callaron los amantes.
Hacia el lecho del amor,
donde empezó la aventura,
muy breve y besos que nos inundan,
y esto ya no tiene cura.