La damisela de alta alcurnia,
con sus preciosos ojos,
bello rostro palidece luna,
intranquila, lleva sus enojos.
Perlas riberas en pupilas blancas,
ojos color cielo, de perpetua luz,
de comisuras finas y su gracia,
florecen en el firmamento de color azul.
De cabellos agraciados, en torno a su cara,
llegaran otras familias de alto linaje,
pero hoy debo decir, estanque de mi alma,
te quiero, mi damisela inolvidable.
Enamorada del ayer, de un príncipe encantado,
se escucha el viento, y las nubes borrascosas,
flor de jade engarzada, por su amor estrellado,
unión a la vida, persiguiendo el sueño de la aurora.
Damisela, que canta a los mares, elegante en su decir,
más allá de sus ojos estrellados, en mitad de la luna,
descansa su alma aniñada, por la necesidad de vivir,
última espera dedicada al amor, está preciosa la criatura.
Ha perdido su sonrisa, la seriedad embarga su rostro,
adornada con su flequillo, de piel pálida y labios finos,
y cayó la despedida de estos versos, de sentimientos rotos,
expresan tiempo de añojo, su fugaz mirada de inmóvil lino.
Todos mis poemas han sido registrados,
en el Registro de la Propiedad Intelectual
con el nº de asiento registral "00/2011/1039"
Registrado en Las Palmas de Gran Canaria (España)
el día 11 de noviembre del 2010
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el día 11 de noviembre del 2010
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