A una poetisa (dedicado a Sol de mañana)

Y podría escribirte mi gratitud infinita,
por regalarme tu amistad llena de cariño,
por estos versos salientes y llenos de vida,
lo que he escrito, debes guardarlo en este libro.


Debes guardar una rosa y, secará con el tiempo,
y los días te hablarán de los pétalos arrugados,
éstos te contarán el secreto de estos versos,
bajo el árbol verde de este cielo estrellado.


Y que decirte de cuando la hallas rescatado,
el árbol te contará el trayecto de su corta vida,
sabiendo que nunca será el olvido de tus manos,
con dulce sosiego te recito estos versos, amiga mía.


Y las hojas del libro se han quedado llorando,
no temas porque las rosas inmortales sueñan,
pero la rosa muere, pero tú amiga...me has ganado,
sabes que aquí estoy, en esta preciada entrega.


Quiero regalarte una rosa roja hoy...delicadamente,
entregarte mis sentimientos de gratitud en este poema,
y que tiernamente nos sigas deleitando.. el poder tenerte,
y deseo que esta noche, te llegue la luz de todas las estrellas.

De espalda

Y podría esperar tu regreso mirando desde la ventana,
y al echarte de menos escribirte sobre mi corazón,
para decirte tantas cosas...lo dulce de cada mañana,
debes entender que yo te necesito tanto...mi amor.


Que tus dulces versos han huido por mi ventana gris,
donde estoy de espalda, que sepas que lentamente muero,
dime que volverás, dime que no te has ido...dímelo sí,
y la espera se hace larga, sé que sin tu luz no resistiré.


Suena el trinar de los pájaros, cual melancolía sosegada,
echo de menos tus manos en el silencio del cielo azul,
brilla el sol de mil maneras, por la llegada de la persona amada,
es como el ensueño al descubrir, el más puro elixir...ese eres tú.


Y te miro con mi alma, y no te miro de espalda,
los últimos días, mi semblante se llenó de recuerdos muy dormidos,
esta tarde sombría de lágrimas, cuando ese mar me golpea,
y mi piel se desliza suavemente, entre los hilos de mi vestido...


De espalda no te puedo ver,pero quiero estar contigo sin censura,
en soledad pasan los días y de espalda quedo soñando con tu mirada,
y te echo tanto...de menos, es más cuando leo tus versos con dulzura,
dice lo oculto de mi pecho, cuando mis poemas alcanzan tu bello mar.

Y mi princesa sigue dormida

Y me duele el pecho en silencio,
sabiendo que me cuesta respirar,
se estremece mi amor sin tus ojos,
y mis poemas te harán vivir un día más.


Hoy deseo escribirte con el alma,
diciéndote que te quiero demasiado,
también sé que amanecerá el mañana,
y sabes que de ti jamás me he olvidado.


Y mi dulce princesa sigue dormida,
será el sueño eterno de mis ojos,
suspirando quedan mis versos, vida mía,
me duelen mis dedos, lloran con enojos.


La vi llorar al ritmo de mi respiración,
cuando quise alcanzar su mano con caricias,
ángel de mi vida, siempre estás en mi corazón,
duerme...que yo velaré tu sueños mi querida niña.


Y hoy la echo tanto de menos...ay! dios si yo pudiera,
ella duerme el sueño eterno, al unisono con todos mis besos,
alcanzarla me es imposible, y larga se hace la espera,
cuando sueña mi niña, lenta se hace la noche leyéndote cuentos...