Amor secreto (poema nº 12)

Por un te quiero furtivo,
agasajado está el corazón,
el amor quedará tranquilo,
éste, se quedará en mi interior.


Hoy quiero plasmar todas las palabras,
adornarlas entre rosas de terciopelo,
del amor que siento, que no se acaba,
y versar este poema, regalándote besos.


De amores secretos y de un adiós eterno,
del poema que te escribí para ti,
que danzan,al compás de un bolero,
y de testigo, las estrellas en su fin.


Hoy quiero soñar y contarle al viento,
de mis sentimientos, de mi locura,
que eres mi amor secreto, siendo mi bello,
sabes que te quiero y jamás sin ataduras.


En mi rincón secreto, donde cabemos tú y yo,
juntamos las dos almas, para seguir enamorada,
desde que amanece, hasta la salida del sol,
y en estos momentos, me siento muy cansada...


De versos de amor secreto, desde mi corazón,
cual líneas complacientes, de mi boca callada,
otra vez, mi inspiración se envuelve de amor,
y todo termina en un murmullo que lo aguarda.


Que me ahogo de amor, de un golpe certero,
como un puñal, me das la mano,
sabiendo que allí, te tengo muy cercano,
y cuando te espero, la verdad...sólo eres recuerdo.

Sinfonia de un recuerdo perdido (acróstico)

S uena la música y tengo ganas de llorar.
I lustrando en mi imaginación ese recuerdo.
N ada me consuela, excepto vivir al lado del mar.
F lores te regalo cada día, a pétalo por un beso.
O rquideas, gerveras, rosas, todas son preciosas.
N adie como tú, para ayudarme a vivir.
I nsensible postura, y empieza a lloviznar lágrimas.
A lcanzo una estrella y dice que tú, eres la más bella.

D eseo tenerte junto a mí, llena de libertad total.
E scribirte poemas es poder respirar en este momento.

U nidos en silencio, y llevándote en mi pensamiento.
N ecesito escribirte y sentir y así poderte decir...

R uge el corazón, e intento comprender el desánimo.
E l año está empezando y lo malo se quedará atrás.
C allo de pena, sueños de tristezas, con ruido del viento.
U nico momento de felicidad, cuando te recuerdo.
E ncasillado en mi alma, y algún día deberia descansar.
R ecuerdo perdido, y en hilachas sigue vivo.
D ebería olvidarlo, más lo intento y sé que debo.
O freciéndome sosiego, e impidiendo que llegue a enfermar.

P romesa que no puedo cumplir, y es inmensa mi agonía.
E spinas clavadas en mi corazón, perdóname por favor.
R osa que guardé y aún conservo, de color amarilla.
D escansa entre las hojas de mi libro escondido.
I nstantes reflexivos, de recuerdos llenos de amor.
D olor intenso y llega la sinrazón de mi cansado recuerdo.
O jos llorosos, y me seco con mi pañuelo todos los suspiros.

Un año después

Habiendo pasado tantos días,
temiendo no encontrar la solución,
nada de eso iba conmigo,
pero una ganaba, y otra perdía...


Me tuvo que tocar a mí,
cosas que pasan en la vida,
mi conciencia siempre tranquila,
y la pesadilla aún no llega a su fin.


Mi alma estaba media muerta,
ninguna palabra me animaba,
sólo escribir poesías románticas,
eso aliviaba algo de mi pena.


Y alegremente me dejaba llevar,
plasmando todos mis sentimientos,
todo aquello se hacía pequeño,
y el rincón del sueño por andar.


Los significados angustiosos de mis días,
y aquellos que ya no volverán,
débil y hundida, sólo me queda esperar,
soñando con ser libre, y de mi puesta en libertad...

Url del registro del poema en Safe Creative

Prohibida la reproducción sin permiso de la Autora


https://www.safecreative.org/work/1011047760993

Musa de las rosas lilas

Con todo mi corazón (poema nº 11)

Recitando mis versos de amor,
y esta locura de vivir,
expresando todo mi sentir,
deshojando parte del corazón.


Intento no perder la razón,
estando mi autoestima cabizbaja,
me ofreces tu palabra sosegada,
al otro lado del balcón.


Con todo el amor dentro de mí,
y el alma hecha de jirones rotos,
derramando lágrimas mis ojos,
perdóname, pero hoy me siento así.


Necesito estar sola y pensar,
me temo no encontrar una solución,
nunca debes pedirme perdón,
también a ti, gracias por estar.


Te has ganado todo mi cariño,
derramando toda tu sensibilidad,
en mis noches frías, y muy rendida,
siendo tú, mi mejor testigo.

Invierno (poema nº 10)

Escribirte yo podría,
rozando mi corazón,
agua clara, alma mía,
ay! que grande mi dolor.


El invierno llega a su fin,
lluvioso y amargo caía,
la rosa violeta quiere vivir,
llora, y se muere, en su lejanía.


Algunos tiempos pasados,
quedaron muy dentro de mí,
de diarios escritos inacabados,
y la lluvia que me hace sentir.


Descansa el invierno,
y duerme la noche fría,
nada se hace eterno,
embeleso de tus caricias.


Además del semblante,
la luna me necesita,
cielo gris, luz amable,
obsequio de su sonrisa.


Y la nieve blanca cae,
en copos sobre el cristal,
siento la noche amante,
y el ruiseñor empieza a cantar.